Desde
la aparición de la fotografía el registro de las imágenes que conformaban el
mundo ya no fue el mismo, las sociedades se transformaron hacía un enrome catálogo
que configuraba toda captura hacía una más acertada representación; contrario a la pintura, grabado o ilustraciones. Aun así, no solo el hecho de existir la cámara análoga,
presentó un gran cambio para la proyección de imágenes, sino que, con la unión
del mundo digital se integró un nuevo dinamismo en el quehacer fotográfico; tal
cual lo articula Fred Ritchin en el libro Después
de la fotografía.
Ritchin
comienza con la mención de los cambios y modificaciones que ha sufrido la
fotografía al desarrollarse por medio de lo digital, comenta aciertos y errores
que esta ha mantenido, así como comparaciones con la tradicional análoga e
incluso sucesos personales que marcaron su carrera profesional. De entrada,
argumenta que la fotografía se ha vuelto un elemento sustentable para el
comercio, siendo la imagen el elemento manipulador para vender ya sea productos
o servicios, presentando al consumidor una abstracción de lo que ve y no de lo
que es realmente, idea similar a la expuesta por Susan Sontag (Sobre la fotografía), el vender la idea
o la imagen y no lo genuino.
De cierta forma Ritchin expone
sutilmente el analizar el sistema capitalista con la venta de imágenes, de
volver a las sociedades en consumidoras empedernidas que se dejan llevar por lo
que miran a simple vista, donde la apariencia lo es todo… Aunque eso mismo es, apariencia,
algo no irreal o intangible que solo la fotografía y la edición pueden
transformar junto con el mensaje, suceso que podemos observar en la prensa y espectáculos.
Se vuelven publicaciones engañosas y un tanto falsas, por las noticias que
pretenden vender a los distintos públicos con los que tienen facilidad de
contacto. Dicha historia de la edición comienza en inicios de los años ochenta,
cuando en una portada de la revista Nat Geo, editan la fotografía donde
aparecen las pirámides de Guiza, modificándola casi totalmente con ayuda de Photoshop.
Para
Ritchin Photoshop y otros programas de computación son los encargados de crear
escenarios que aún no existen, las fotos al ser alteradas pierden un grado
importante de credibilidad siendo un registro que podrían confundir al interesado
en observar las imágenes del pasado, encontrándose con alteraciones e
irrealidades. Ritchin al mencionar los beneficios y consecuencias del uso del software
comenta la experiencia que tuvo con el diario New York Times, en la cual presentaba un programa multimedia que
invitara al lector adentrarse en el tema que estaría citando, por medio de la
imagen, palabra e incluso sonido; tomando como referencia los acontecimientos suscitados
en Bosnia. Dicho proyecto pretendía crear un dinamismo y diálogo más aproximado
con los públicos empleando los nuevos mecanismos y herramientas que la
fotografía y los programas digitales llegan a ofrecer.
Dentro
del texto cita a Baudelaire y su postura ante la fotografía definiéndola como
una “herramienta auxiliar a la memoria, pero no se debe acceder al terreno de
lo imaginario”. La presente idea nos invita a repensar el mal uso que se le
puede dar a las fotografías, ya que estas son capaces de presentar imágenes amarillistas,
violencia extrema o incluso pornografía ilegal o infantil; para mediar esas problemáticas
sería necesario actualizar o desarrollar educación visual y frenar estas prácticas
o al menos limitarlas, esto con el fin de crear espacios destinados al a
fotografía con su categoría y uso específico.
Como
ejemplo respecto al mal uso que se le puede dar la fotografía o el impacto que
esta puede generar, ejemplifica el acontecimiento ocurrido al diario Times de
Londres al haber expuesto una fotografía de McCullin, presentando a un vietnamita
muerto. Similar a los casos de United
colors of Benetton, marca reconocida mundialmente que ha causado polémicas
al utilizar fotografías de fuerte contenido en su publicidad. Esto genera ideas
cruzadas que podrían convertirse en un arma de doble filo, ya que el capturar
sucesos poco comunes o personas en circunstancias desfavorables, proyectan una
visión un tanto morbosa o exótica; pero que también cumplen con el objetivo de
presentar por medio de la imagen, circunstancias o sucesos poco conocidos para
el mundo.
Rtichin por lo general presenta en el libro
sus percepciones sobre la fotografía y lo que ha acontecido en torno a la practica
de la misma, al fusionarse con elementos digitales y softwares, nos presenta un
panorama mundial de beneficios y dificultades que esta puede mantener, expresa
sus inquietudes y ejemplifica ideas con experiencias propias que presenta a los
interesados en la fotografía, mostrándonos las otras caras de la moneda en el
mundo de las imágenes. Este libro puede tomarse como referencia no solo para la
fotografía y la aplicación de ella en la sociedad, sino como una gran ventana de referencia y un reflejo social que nos invita a hacer auto-crítica y reflexión, sobre el
uso de la fotografía actualmente y en su posible futuro.
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