Aprender nuevas técnicas y adentrarse
en una materia, es todo un viaje sin precedentes, un proceso de aprendizaje que
nos va presentando a lo largo del camino en cada nueva etapa, ejercicio y actividad,
que poco a poco nos presenta el abanico de posibilidades que se van adquiriendo
con la experiencia y aprendizaje, tal cual así sucedió en el presente semestre
de la materia de fotografía que está por terminar. A lo largo del curso se fue
construyendo una idea de lo que consiste fotografiar y capturar por medio de la
cámara, imágenes, formas, colores, historias, profundidades y un sinfín de
metodologías que fueron abriendo paso a lo que significa tomar una buena fotografía.
Para
el presente cierre del semestre, he seleccionado dos fotografías que además de
su calidad de imagen, colores, contrastes y narrativas que presenta; las he elegido
entre muchas otras que he capturado por formar parte de un enigmático viaje que
realicé al estado de Michoacán. En ellas presentó parte de lo observado en mi
viaje, del registro que fui realizando desde Morelia, hasta Pátzcuaro, Janitzio,
Tzintzuntzan, San Juan de Parangaricutiro, entre otros lugares visitados por
motivo de la celebración del día de muertos.
En
Morelia pude encontrar la enorme cantidad de personas que emanaban una enorme
felicidad honrando a sus muertos, colocando altares, adornando sus calles y caracterizándose
de calaveras y catrinas. Proyectando un enorme gusto y alegría que compartían todos,
mismo que capturé en la fotografía Cuarteto
de Nos, titulo que hace referencia a la familia conformada por un adulto y tres
niños que entonaban una canción de genero corrido, dedicada al público que
pasaba por ahí y pedía como recompensa por su música una moneda. La segunda
fotografía es de tipo paisaje capturada en las ruinas del templo de San juan de
Parangaricutiro y titulada Vista,
evoca a las imágenes que realizó el Dr. Atl sobre el volcán que con su furia y
lava devoró toda una población; esta hoy en día presenta un escenario casi
surrealista al dejar como evidencia solo las torres del templo a la vista.
Además
de esos lugares enigmáticos visitados y la serie de fotografías tomadas sobre
cementerios iluminados de velas, rezos, fe, tradición y fiesta; logré descubrir
bajo otra mirada y percepción, capturada gracias a la cámara fotografía y el
registro que realicé, el cómo se conforma la fiesta del día de muertos en Michoacán,
la cual es rica en tradición, orgullo y fiesta que es sin duda alguna forma
parte de los grandes elementos característicos de un país tan multifacético
como México.