Entre
la polémica y la significación de lo que puede ser una pieza de arte, se
encuentra la obra pictórica de Fabian Chaires presentada en la exposición: Emiliano,
Zapata después de Zapata, misma que se encuentra en el museo del Palacio de
Bellas Artes de la Ciudad de México, con una duración del 27 de noviembre al 16
de febrero del 2020. La pintura de Zapata terminada hacía el año 2014, ha
causado gran polémica debido a la forma tan peculiar en cómo se presenta al
héroe revolucionario.
En la pintura se presenta a Emiliano Zapata en modo ecuestre, sobre un
caballo blanco, desnudo y portando únicamente unos tacones con punta de
pistola, una cinta con los colores de la bandera y su representativo sombrero
en tono rosa. Su cuerpo se encuentra desnudo y en una posición un tanto
sugestiva que evoca a lo sensual y provocativo. Ambas figuras (Zapata y el
caballo) son compuestas por un fondo que va de tonos amarillos, beige, pajas,
salmón y naranjas. Determinando así la composición de toda la pieza, dando como
resultado una interesante y muy inusual imagen del caudillo de México.
La pintura como tal, presenta
referencias de artistas mexicanos que anteriormente habían representado la
figura de Zapata; tal como Diego Rivera y sus variadas representaciones, que
van desde murales, hasta las abstracciones del color en las pinturas de Arnaldo
Coen. La imagen de Zapata se ha convertido en una fuerte simbología de lucha y
resistencia, misma que ahora se adapta a la dicha obra con un mensaje vinculado
hacía la comunidad LGBT, en el cual se toman los mismos valores que representa
el caudillo, pero trasfigurados a los signos y símbolos gay.
Fabian Chaires, transporta la figura
realizada e idealizada por Diego Rivera y las temáticas románticas de la
revolución mexicana, uniendo la lucha por visibilizar y transformar lo que
representa el mexicanismo revolucionario, como un elemento de hombría,
valentía, testosterona y la significación del macho en su conjugación; pasa a
un juego de elementos que pone en jaque todo lo dicho y que visibiliza el lado
femenino del caudillo, que sin más, la historia nos cuenta desde otras
perspectivas la vida que probablemente haya tenido Zapata al relacionarse con
otros hombres.
La pieza ha tomado un valor de
desprecio y alabanza de destrucción e invención; sea cual sea su fin, la imagen
está haciéndose presente en el imaginario mexicano actual, retomando y
trasfigurando la imagen que siempre se ha tenido del mexicano y de lo mexicano.
Nos encontramos en una etapa cultural de transición, en la cual el arte se hace
presente en sus variadas formas y manifestaciones, siendo que las piezas
artísticas de este tipo, cumplen su objetivo de mover masas, removiendo
ideologías contrarias y divergentes. A pesar de todo Zapata siempre será Zapata
y la obra de Chaires es solo una perspectiva más de cientos, y que, sin duda,
no será olvidada en un largo tiempo.