martes, 10 de diciembre de 2019

Mexicanismos trasfigurados.

Entre la polémica y la significación de lo que puede ser una pieza de arte, se encuentra la obra pictórica de Fabian Chaires presentada en la exposición: Emiliano, Zapata después de Zapata, misma que se encuentra en el museo del Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México, con una duración del 27 de noviembre al 16 de febrero del 2020. La pintura de Zapata terminada hacía el año 2014, ha causado gran polémica debido a la forma tan peculiar en cómo se presenta al héroe revolucionario.

            En la pintura se presenta a Emiliano Zapata en modo ecuestre, sobre un caballo blanco, desnudo y portando únicamente unos tacones con punta de pistola, una cinta con los colores de la bandera y su representativo sombrero en tono rosa. Su cuerpo se encuentra desnudo y en una posición un tanto sugestiva que evoca a lo sensual y provocativo. Ambas figuras (Zapata y el caballo) son compuestas por un fondo que va de tonos amarillos, beige, pajas, salmón y naranjas. Determinando así la composición de toda la pieza, dando como resultado una interesante y muy inusual imagen del caudillo de México.

            La pintura como tal, presenta referencias de artistas mexicanos que anteriormente habían representado la figura de Zapata; tal como Diego Rivera y sus variadas representaciones, que van desde murales, hasta las abstracciones del color en las pinturas de Arnaldo Coen. La imagen de Zapata se ha convertido en una fuerte simbología de lucha y resistencia, misma que ahora se adapta a la dicha obra con un mensaje vinculado hacía la comunidad LGBT, en el cual se toman los mismos valores que representa el caudillo, pero trasfigurados a los signos y símbolos gay.

            Fabian Chaires, transporta la figura realizada e idealizada por Diego Rivera y las temáticas románticas de la revolución mexicana, uniendo la lucha por visibilizar y transformar lo que representa el mexicanismo revolucionario, como un elemento de hombría, valentía, testosterona y la significación del macho en su conjugación; pasa a un juego de elementos que pone en jaque todo lo dicho y que visibiliza el lado femenino del caudillo, que sin más, la historia nos cuenta desde otras perspectivas la vida que probablemente haya tenido Zapata al relacionarse con otros hombres.

            La pieza ha tomado un valor de desprecio y alabanza de destrucción e invención; sea cual sea su fin, la imagen está haciéndose presente en el imaginario mexicano actual, retomando y trasfigurando la imagen que siempre se ha tenido del mexicano y de lo mexicano. Nos encontramos en una etapa cultural de transición, en la cual el arte se hace presente en sus variadas formas y manifestaciones, siendo que las piezas artísticas de este tipo, cumplen su objetivo de mover masas, removiendo ideologías contrarias y divergentes. A pesar de todo Zapata siempre será Zapata y la obra de Chaires es solo una perspectiva más de cientos, y que, sin duda, no será olvidada en un largo tiempo.



ASHES & SNOW

Al explorar las sensibilidades poéticas y el lenguaje compartidos por todos los animales, con mi trabajo busco redescubrir esa tierra comú...