jueves, 29 de noviembre de 2018

Ritchin, la fotografía y el mundo digital.


Desde la aparición de la fotografía el registro de las imágenes que conformaban el mundo ya no fue el mismo, las sociedades se transformaron hacía un enrome catálogo que configuraba toda captura hacía una más acertada representación; contrario a la pintura, grabado o ilustraciones. Aun así, no solo el hecho de existir la cámara análoga, presentó un gran cambio para la proyección de imágenes, sino que, con la unión del mundo digital se integró un nuevo dinamismo en el quehacer fotográfico; tal cual lo articula Fred Ritchin en el libro Después de la fotografía.

Ritchin comienza con la mención de los cambios y modificaciones que ha sufrido la fotografía al desarrollarse por medio de lo digital, comenta aciertos y errores que esta ha mantenido, así como comparaciones con la tradicional análoga e incluso sucesos personales que marcaron su carrera profesional. De entrada, argumenta que la fotografía se ha vuelto un elemento sustentable para el comercio, siendo la imagen el elemento manipulador para vender ya sea productos o servicios, presentando al consumidor una abstracción de lo que ve y no de lo que es realmente, idea similar a la expuesta por Susan Sontag (Sobre la fotografía), el vender la idea o la imagen y no lo genuino.

          De cierta forma Ritchin expone sutilmente el analizar el sistema capitalista con la venta de imágenes, de volver a las sociedades en consumidoras empedernidas que se dejan llevar por lo que miran a simple vista, donde la apariencia lo es todo… Aunque eso mismo es, apariencia, algo no irreal o intangible que solo la fotografía y la edición pueden transformar junto con el mensaje, suceso que podemos observar en la prensa y espectáculos. Se vuelven publicaciones engañosas y un tanto falsas, por las noticias que pretenden vender a los distintos públicos con los que tienen facilidad de contacto. Dicha historia de la edición comienza en inicios de los años ochenta, cuando en una portada de la revista Nat Geo, editan la fotografía donde aparecen las pirámides de Guiza, modificándola casi totalmente con ayuda de Photoshop.

Para Ritchin Photoshop y otros programas de computación son los encargados de crear escenarios que aún no existen, las fotos al ser alteradas pierden un grado importante de credibilidad siendo un registro que podrían confundir al interesado en observar las imágenes del pasado, encontrándose con alteraciones e irrealidades. Ritchin al mencionar los beneficios y consecuencias del uso del software comenta la experiencia que tuvo con el diario New York Times, en la cual presentaba un programa multimedia que invitara al lector adentrarse en el tema que estaría citando, por medio de la imagen, palabra e incluso sonido; tomando como referencia los acontecimientos suscitados en Bosnia. Dicho proyecto pretendía crear un dinamismo y diálogo más aproximado con los públicos empleando los nuevos mecanismos y herramientas que la fotografía y los programas digitales llegan a ofrecer.

Dentro del texto cita a Baudelaire y su postura ante la fotografía definiéndola como una “herramienta auxiliar a la memoria, pero no se debe acceder al terreno de lo imaginario”. La presente idea nos invita a repensar el mal uso que se le puede dar a las fotografías, ya que estas son capaces de presentar imágenes amarillistas, violencia extrema o incluso pornografía ilegal o infantil; para mediar esas problemáticas sería necesario actualizar o desarrollar educación visual y frenar estas prácticas o al menos limitarlas, esto con el fin de crear espacios destinados al a fotografía con su categoría y uso específico.

Como ejemplo respecto al mal uso que se le puede dar la fotografía o el impacto que esta puede generar, ejemplifica el acontecimiento ocurrido al diario Times de Londres al haber expuesto una fotografía de McCullin, presentando a un vietnamita muerto. Similar a los casos de United colors of Benetton, marca reconocida mundialmente que ha causado polémicas al utilizar fotografías de fuerte contenido en su publicidad. Esto genera ideas cruzadas que podrían convertirse en un arma de doble filo, ya que el capturar sucesos poco comunes o personas en circunstancias desfavorables, proyectan una visión un tanto morbosa o exótica; pero que también cumplen con el objetivo de presentar por medio de la imagen, circunstancias o sucesos poco conocidos para el mundo. 

 Rtichin por lo general presenta en el libro sus percepciones sobre la fotografía y lo que ha acontecido en torno a la practica de la misma, al fusionarse con elementos digitales y softwares, nos presenta un panorama mundial de beneficios y dificultades que esta puede mantener, expresa sus inquietudes y ejemplifica ideas con experiencias propias que presenta a los interesados en la fotografía, mostrándonos las otras caras de la moneda en el mundo de las imágenes. Este libro puede tomarse como referencia no solo para la fotografía y la aplicación de ella en la sociedad, sino como una gran ventana de referencia y un reflejo social que nos invita a hacer auto-crítica y reflexión, sobre el uso de la fotografía actualmente y en su posible futuro.

jueves, 22 de noviembre de 2018

Hazme un retrato!


Las representaciones gráficas o visuales, han existido desde que el ser humano logró comprender su entorno y encontró la forma de poderlo plasmar, esto ya sea en pinturas, figurillas o cualquier manifestación que lograra personalizar para dotar de significación lo representado. El retrato ha sido hasta ahora, la idealización más importante que han tenido como registro de los grandes líderes y personas importantes que han roto barreras en el tiempo, todo por dejar plasmada su imagen en algún plano o figura.

               Esta herencia nos ha dejado los relieves mesopotámicos, los grandes murales egipcios con los faraones y enigmáticas anécdotas; las esculturas y vasijas griegas, las pinturas y mosaicos romanos; las grandes imágenes de cristo en los templos bizantinos, las representaciones de monarcas, reyes y santos. El retrato se tomó como algo más personal hasta la llegada del renacimiento, ahí se convierte en un elemento importante entre las sociedades, puesto que otorga posición, categoría y reconocimiento. Ya no solo pertenece a los reyes, ni a Cristo, santos o vírgenes, se vuelve parte de quien puede adquirirlo y pagarlo.

               Hasta la invención de la cámara fotográfica, el retrato no había tenido tanta presencia y utilidad que formara parte de casi cualquier persona o familia que optaba por retratarse. La fotografía se convierte en el medio esencial y en teoría más simple y rápido de capturar una imagen, idea que, sin desconectar con el pasado, nos remite a que todos tenemos la necesidad de ello, guardar nuestra imagen y exponerla a los que nos rodean. Costumbres que nos caracterizan como seres que por más que pase el tiempo, tratamos de mantener el recuerdo de quienes existieron, en un retrato.

ASHES & SNOW

Al explorar las sensibilidades poéticas y el lenguaje compartidos por todos los animales, con mi trabajo busco redescubrir esa tierra comú...